domingo, 15 de mayo de 2016

LAS TIC: TRANSICIÓN HACIA UNA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

En los últimos años, se ha presenciado una verdadera revolución en la organización económica y social de las naciones, en las características del empleo, en la utilización del tiempo libre de las personas y en el contenido de las expresiones culturales, promovida por las tecnologías de información y de comunicación (TIC).

Para muchos, las TIC se asocian a escenarios optimistas, donde el mayor acceso a la información conduciría a sociedades y relaciones abiertas y democráticas. La aplicación de las TIC a la telemedicina, el aprendizaje a distancia, las bibliotecas digitales, entre otras, puede mejorar los niveles de salud, educación y capacitación de los países en desarrollo. Los servicios de red pueden contribuir a la transparencia de las decisiones y acciones de las instituciones del Estado y las del mercado. Para otros, las nuevas tendencias tienden a reafirmar la dinámica de iniquidad y exclusión social.
La "brecha digital" entre los países industrializados y los países en desarrollo es aún más amplia que la brecha que los separa en términos de otros indicadores de productividad y bienestar socio económico. Lo mismo ocurre al interior de cada país, entre sectores de altos y bajos ingresos. América Latina y el Caribe tienen 8% de la población mundial, pero sólo tiene 3.5% de los usuarios de la red Internet y menos del 1% del comercio electrónico global. Sin embargo, en 1999, las computadoras huéspedes de Internet aumentaron más rápido que en cualquier región del mundo y el número de usuarios se multiplicó 14 veces entre 1995 y 1999.
En los últimos años, se ha presenciado una verdadera revolución en la organización económica y social de las naciones, en las características del empleo, en la utilización del tiempo libre de las personas y en el contenido de las expresiones culturales, promovida por las tecnologías de información y de comunicación (TIC).
Para muchos, las TIC se asocian a escenarios optimistas, donde el mayor acceso a la información conduciría a sociedades y relaciones abiertas y democráticas. La aplicación de las TIC a la telemedicina, el aprendizaje a distancia, las bibliotecas digitales, entre otras, puede mejorar los niveles de salud, educación y capacitación de los países en desarrollo. Los servicios de red pueden contribuir a la transparencia de las decisiones y acciones de las instituciones del Estado y las del mercado. Para otros, las nuevas tendencias tienden a reafirmar la dinámica de iniquidad y exclusión social.
La "brecha digital" entre los países industrializados y los países en desarrollo es aún más amplia que la brecha que los separa en términos de otros indicadores de productividad y bienestar socioeconómico. Lo mismo ocurre al interior de cada país, entre sectores de altos y bajos ingresos. América Latina y el Caribe tienen 8% de la población mundial, pero sólo tiene 3.5% de los usuarios de la red Internet y menos del 1% del comercio electrónico global. Sin embargo, en 1999, las computadoras huéspedes de Internet aumentaron más rápido que en cualquier región del mundo y el número de usuarios se multiplicó 14 veces entre 1995 y 1999.
Tal como ocurre en otros aspectos del proceso de transición hacia la modernidad, la profunda transformación regional en el ámbito de las TIC está marcada por una dramática iniquidad distributiva, tanto entre países como al interior de ellos. En América Latina y el Caribe existe una gran dispersión en términos de costo y cobertura de telecomunicaciones, de capacitación de recursos humanos y preparación empresarial para la economía digital.




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